La Vida No tiene Precio
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Archivo fotográfico de Geraldin Palacios, 2020.
Esta es una intervención MURAL de 400 metros cuadrados de pintura que se lee desde la antigua vía hacia Villavicencio, a la altura de la alameda de la quebrada Morales en la parte alta de la localidad de San Cristóbal, conocida como la UPZ 51 entre los barrios Los Libertadores y República de Canadá. Fue resultado de un proceso de articulación entre varias organizaciones de la localidad, colectivos culturales, artistas y comunidad habitante del sector, quienes nos juntamos al rededor de una propuesta de creación y reflexión sobre la importancia de la vida, para expresarnos y dejar una consigna que invite a más personas a reflexionar frente a los actos de violencia y asesinato que se viven actualmente en el país y que el pasado 9, 10 y 11 de septiembre de 2020 dejaron más de 200 personas heridas y 10 muertos por arma de fuego y por tortura en medio de las protestas por la indignación del asesinato, por parte de la fuerza pública, de Javier Ordoñez.
Proceso que se logró desde la autogestión comunitaria, que se consolidó por medio del desarrollo de un laboratorio de creación orientado por el colectivo ArtoArte, que tuvo lugar durante el mes de octubre de 2020, momento en el cual surgieron en diferentes ciudades del país y localidades de Bogotá otras iniciativas de intervención mural que buscaban igualmente hacer denuncias y comunicar el abuso de poder y violación de los derechos de los ciudadanos por parte de la policía. Intervenciones que también compartimos en este apartado con los respectivos créditos
La vida no tiene precio se concretó a través de una serie de encuentros virtuales en los que se conversó y reflexiono alrededor del mismo concepto de intervención mural y sus diversas formas comunicativas y estéticas, tanto positivas como negativas; surgieron también un par de espacios presenciales en los que se reflexionó frente a la violencia y sus diversos matices y se consolidó el diseño final de la pieza Mural.
Es importante mencionar y agradecer la gran labor que desarrollaron Corpo AITUE y la revista Vozarrón Z4, quienes fueron los gestores y lograron la articulación de diferentes personas, organizaciones y artistas locales y gestión de recursos para llevar acabo la iniciativa.
Les compartimos igualmente un texto producido por una de las compañeras que nos acompañó durante todo el proceso de creación y materialización de esta apuesta colectiva.
Fotografías de las intervenciones que tuvieron lugar antes y posterior del mural
Ejercicio de pre diseño de intervención y reflexión desde el collage
Ejercicio de pre diseño de intervención y reflexión desde el collage
¡LA VIDA NO TIENE PRECIO, 500 LÍDERES ASESINADOS!
Por: Alexandra Beltrán
El sábado 24 de octubre, tras planear exhaustivamente lo que sería el resultado de la voluntad y la perseverancia colectiva que sacudió a la localidad, se vislumbraron los primeros rayos de ímpetu y agitación que emanaba de los asistentes. Convocados -–para el ojo del desprevenido– alrededor de la olla, se reunieron para consolidar los trazos que van a poner en manifiesto el descontento social, hacia los dispositivos de dominación que se sujetan desde la institucionalidad y reducen el valor de la vida a la deshumanización y la instrumentalización de los cuerpos. Se asesina y se reprime bajo la protección del gobierno, a través de la sustentación de discursos que legitiman la supresión de esas otras voces que luchan y se alzan hacia la defensa de la vida y de la cultura.
¿Tiene valor la vida? Para mí sí. Su valor subyace en la medida que es: frente y sobre sí misma, la vida como hecho y derecho, ¿derecho? Sí, pero si es un derecho se supone que debe funcionar de igual manera para todo el mundo, que debe aplicarse contemplando el bienestar y cuidado para todo ser que pise la tierra sin importar su naturaleza. El problema es cuando se le otorga un valor monetario a la existencia, cuando se mercantiliza y se utiliza, cuando se usa la amenaza y el acto mismo de la muerte como estrategia para callar. ¡NO NOS VAMOS A DEJAR SILENCIAR! Ningún panfleto o supresión policiva nos va a detener, por eso estamos aquí con la frente y las brochas en alto, para pintarle a la gente que la vida no tiene precio.
Con brocha y rodillo, emprendimos la tarea de pintar las paredes. Más de treinta personas llenaron de vida la alameda de la quebrada Morales, en el barrio Libertadores ubicado en la localidad cuarta de San Cristóbal. Las manos creadoras en acción gráfica, culinaria, fotográfica, fueron testimonio de que la unión comunal todavía está vigente en nuestros barrios, de que la vida es considerada un tesoro y que por ella estuvieron las personas temprano, aún con el frío de la montaña.
La construcción de la frase fue producto de más de cuatro reuniones donde tras constantes disertaciones se llegó al establecimiento de tres tópicos: líderes sociales, feminicidios y violencia estatal. La metodología de los encuentros se enfocó en la indagación acerca de los preconceptos que tenían los participantes y se sistematizó mediante un laboratorio de creación. De estos laboratorios experimentales, se organizaron las ideas mediante la técnica del collage, haciendo uno por tópico. Así, teniendo palabras claves se llegó a la conclusión de que “la vida no tiene precio” como tampoco tiene género, especie o edad, simplemente es.
La jornada transcurrió pacífica, amenizada por el DJ que mezclaba, creando variaciones rítmicas y melódicas que llenaron los espacios. El mural se construyó entre todos los participantes, dejando la huella de cada mano que envainó las brochas. Agradecemos profundamente a todas las organizaciones y personas que donaron elementos, igualmente a los colectivos que hicieron posible el sancocho, los refrigerios y las onces y por supuesto a los vecinos que prestaron sus casas para esta hermosa labor; no puede faltar el agradecimiento a todas las personas que estuvieron atentas y creyeron en el proyecto desde el principio y que a pesar de que algunas no pudieron estar ese día, contribuyeron bastante en que se hiciera posible.
